Las tecnologías de información y comunicación han tenido un amplio desarrollo durante los últimos años, el mudo de hoy implica la utilización de una serie de recursos que hace algunos años apenas hacían parte de las películas de ciencia ficción; el auge, desarrollo y masificación de aparatos como los computadores, los teléfonos celulares, I pod, las cámaras de fotografía y video digital, entre muchas otras invenciones, así como el surgimiento, perfeccionamiento y aumento de la cobertura y velocidad de la Internet y los múltiples servicios que esta ofrece (Salas de chat y video chat, correo electrónico, redes sociales, blogs y paginas personales, compra y venta de productos y servicios, información ilimitada, descarga de música, películas y videos e incluso la posibilidad de cursar estudios profesionales y de post grado como maestrías o doctorados), implica una nueva lectura y visión desde múltiples perspectivas en el planeta del siglo XXI.
Y es precisamente en el campo educativo en el que la implementación, uso y dominio de las TIC se convierte en un reto de gran magnitud, ya que su utilización es indispensable en los procesos educativos que se llevan en las escuelas, colegios y universidades del siglo XXI. El surgimiento de una nueva generación de nativos de la tecnología (Niños y jóvenes que han nacido bajo el influjo cotidiano de una gran cantidad de aparatos digitales, multimediales y nuevas formas de comunicación), que aprenden de forma mucho mas fluida y divertida pone de manifiesto la necesidad de reinventar la labor educativa tradicional al interior del aula de clase. Es paradójico manifestar que en la nueva sociedad de las comunicaciones, los nativos de la tecnología están a la vanguardia y tienen mucho mas conocimiento sobre las nuevas herramientas que sus propios educadores; no es difícil afirmar que muchos de los docentes que actualmente trabajan en nuestros colegios y universidades tienen escaso o nulo conocimiento sobre la existencia de nuevas tecnologías que facilitan y contribuyen a mejorar y garantizar los resultados académicos de los estudiantes. Este “recelo” se alimenta aun más cuando se ve a las tecnologías como una competencia directa que tiende a reemplazar el trabajo del profesor como formador y educador, de personas “pensantes y críticas capaces de contribuir laboralmente a la sociedad”, lo que lo distancia aun mas de la implementación o uso de herramientas tan sencillas como el video, o el computador al interior de un salón de clase.
Y es precisamente en el campo educativo en el que la implementación, uso y dominio de las TIC se convierte en un reto de gran magnitud, ya que su utilización es indispensable en los procesos educativos que se llevan en las escuelas, colegios y universidades del siglo XXI. El surgimiento de una nueva generación de nativos de la tecnología (Niños y jóvenes que han nacido bajo el influjo cotidiano de una gran cantidad de aparatos digitales, multimediales y nuevas formas de comunicación), que aprenden de forma mucho mas fluida y divertida pone de manifiesto la necesidad de reinventar la labor educativa tradicional al interior del aula de clase. Es paradójico manifestar que en la nueva sociedad de las comunicaciones, los nativos de la tecnología están a la vanguardia y tienen mucho mas conocimiento sobre las nuevas herramientas que sus propios educadores; no es difícil afirmar que muchos de los docentes que actualmente trabajan en nuestros colegios y universidades tienen escaso o nulo conocimiento sobre la existencia de nuevas tecnologías que facilitan y contribuyen a mejorar y garantizar los resultados académicos de los estudiantes. Este “recelo” se alimenta aun más cuando se ve a las tecnologías como una competencia directa que tiende a reemplazar el trabajo del profesor como formador y educador, de personas “pensantes y críticas capaces de contribuir laboralmente a la sociedad”, lo que lo distancia aun mas de la implementación o uso de herramientas tan sencillas como el video, o el computador al interior de un salón de clase.
SAMANTHA DE ZAVALA GUTIERREZ